Fernando Laviña-Richi
Consejero digital de IMEX. Artículo para Moneda Única
La cooperación empresarial y las alianzas empresariales son un mismo reto que debe afrontar el grueso del tejido empresarial español -cuyas empresas son pequeñas en un alto porcentaje- más que en algunos países de nuestro entorno. Las empresas pequeñas pueden crecer en los mercados internacionales mediante las alianzas, compartiendo recursos y creando vínculos que refuercen sus capacidades.
La cooperación empresarial tiene un alcance amplio y engloba cualquier acuerdo entre organizaciones para intercambiar bienes servicios, know how, compartir costes, estructuras, actividades etc.
En un entorno internacional el problema del tamaño de la empresa es un factor limitante de la competitividad. En España esta limitación es muy relevante ya que sus empresas son más pequeñas comparadas con la media de la UE, lo que es un problema a efectos de competir en el exterior. La escasa dimensión se convierte en una barrera que hace que las empresas no aprovechen oportunidades comerciales.
Es un dato ya muy contrastado, que las empresas de mayor tamaño son más propensas a la exportación y normalmente con más capacidad de retener talento.
Las ventas en los mercados internacionales son muy exigentes para las empresas en términos de los recursos y capacidades necesarias para desarrollarla. Hablamos de capacidades financieras, comerciales, productivas o tecnológicas, y, por supuesto, del equipo humano.
El desarrollo comercial en el exterior exige tener capacidad de inversión (tiempo y dinero) antes de obtener retornos a ese esfuerzo. Este plazo de maduración comercial del esfuerzo exportador siempre es largo desde el punto de vista de las pequeñas empresas. Esta exigencia hace que la falta de estas capacidades o recursos sea una barrera para empezar exportar.
Es importante que una vez identificada la oportunidad en un mercado de destino en el que la empresa puede proyectar o desplegar su ventaja competitiva, esta sea capaz de buscar fórmulas para superar el problema de la falta de recursos.
La exportación agrupada es una posible solución para soportar este esfuerzo. Las posibilidades de las alianzas estratégicas son muy variadas y no es difícil encontrar alguna fórmula bajo la cual se pueda establecer esta cooperación empresarial.
Los tipos de asociación pueden llegar a revestir formas de distinta índole tales como “joint venture”, subcontratación, consorcio, agrupaciones, centrales de compra, acuerdos comerciales, agrupaciones de interés económico, acuerdos con consultores especializados y nuevas formas de cooperación.
Son fáciles de señalar las ventajas de la cooperación empresarial, pero para una pyme la principal ventaja sería el reparto de riesgos y costes y la reducción de tiempo para ejecutar los proyectos en el exterior.
No cabe duda de que la falta de cultura de cooperación hace que los costes asociados a ésta como los de coordinación, o pérdida de autonomía sean importantes, sobre todo en la fase de arranque del proceso de cooperación.
Este choque cultural aparece cada vez más en la gestión de los negocios internacionales, dada la necesidad de encontrar fórmulas para gestionar y entender que se puede estar compitiendo en un mercado con una empresa y a la vez colaborando con esa empresa en otro mercado.
Entender que en la senda de internacionalización de una empresa pueden convivir las dos situaciones es fácil si ampliamos el foco de la cooperación no solo a temas comerciales, en los que encontramos soluciones como franquicias, consorcios, grupos de promoción, compras conjuntas, intercambio de redes, sino también al ámbito tecnológico como asistencia técnica, patentes, cesión de know how, etc. Pero podemos ampliar el escenario y alcance de este análisis e incluir elementos como la producción, acuerdos de subcontratación, la logística al compartir almacenes reguladores en destino, e incluso la financiación como puede ser en los casos de las Joint Venture.
Las fórmulas de cooperación empresarial de las empresas tractoras con las pymes es otra forma de entender la colaboración. En este escenario de colaboración para la actividad internacional, el efecto tracción de las grandes empresas multinacionales es importante.
Una pyme proveedora en España de productos o servicios a una multinacional, puede encontrar una posibilidad de ampliar su mercado ofreciendo ese producto para la misma empresa en otro mercado.
Las distintas formas de colaboración público privada también pueden ayudar a reducir estos riesgos. Los nuevos fondos europeos han puesto de manifiesto la oportunidad que esta fórmula puede tener para poder aprovecharlos. También el impulso de las administraciones será significativo para la creación de clúster, entendidos como espacio de cooperación empresarial.
Las pymes pueden aprovechar estos espacios de cooperación para ser más competitivas en su actividad internacional.
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