Si analizamos el modelo de internacionalización de la economía española vemos cómo los límites entre el sector industrial y el sector de servicios se difuminan cada vez más. El componente de valor añadido que aportan los servicios en la actividad exportadora es cada vez más relevante.
El elevado peso porcentual del sector servicios en la composición del PIB de España no se corresponde con la participación de ese sector en la exportación. Pero este análisis oculta la participación indirecta de los servicios en las ventas internacionales.
Las estadísticas sí recogen como un segmento importante de la exportación de servicios los servicios a las empresas. Según Fernando Laviña-Richi, consejero digital de IMEX Impulso Exterior, «Uno de los servicios más demandados son los de comunicación y marketing, dada la necesidad de ayudar a la pyme a comunicar de forma directa y efectiva su propuesta de valor. En general ninguna pyme puede desarrollar con éxito su estrategia internacional sin contar con los proveedores de servicios que se convierten en sus socios y aliados y que le ayudan a vender, trasladar y materializar con éxito su propuesta de valor en los mercados internacionales»
Servicios jurídicos
Dentro de los servicios de apoyo a las empresas es importante resaltar la relevancia de los servicios jurídicos. A veces las pymes no prestan atención a la calidad de los contratos internacionales o a los aspectos formales de la compraventa internacional, pero la experiencia nos dice que un buen contrato es una forma inteligente de reducir riesgos.
Otro de las necesidades de contar con servicios de apoyo a la actividad internacional es todo lo relativo a los aspectos fiscales. Tener un buen conocimiento o una buena asesoría en la gestión de los impuestos y procesos aduaneros, es una fuente de ahorro de dinero en los negocios internacionales. Por supuesto que, en el caso de las empresas que tienen un mayor compromiso con la exportación y tiene algún tipo de inversión en mercados de destino, la correcta planificación fiscal internacional de su organización mercantil y societaria en el exterior es una herramienta para reducir los riesgos de dicha inversión.
La gestión correcta de los aranceles e impuestos devengados al importar o exportar, es un factor crítico de éxito y puede consolidar las actividades de exportación.
Logística y ecommerce
Pero si hay un servicio que ha ido cobrando importancia en la actividad exportadora ha sido el servicio logístico. El ahorro de costes, (valor y tiempo) que permite una buena gestión de las actividades logísticas (tanto de aprovisionamiento como de entrega) es una fuente fundamental del éxito de la compraventa internacional. En el caso de la exportación, los socios logísticos de una pyme ayudan a crear confianza al asegurar la fiabilidad y flexibilidad en el proceso de entrega de la mercancía en destino.
La conexión de la logística y el transporte internacional en cualquiera de sus modalidades con el sector exportador y las ventas internacionales se ha visto claramente en estas últimas semanas con el colapso a finales del año pasado de las aduanas en China, con el episodio de cierre parcial del Canal de Suez y, por supuesto, con la explosión del ecommerce y el crecimiento de las plataformas de comercio electrónico.
Servicios financieros
Los servicios financieros son importantes para cualquier empresa internacionalizada, sin esta herramienta y soluciones financieras sería imposible la compraventa internacional. Un apartado especial es la cobertura de riesgos. Sin la identificación temprana de los riesgos de una operación comercial, algunas operaciones de comercio exterior no podrían realizarse.
En definitiva, en este reto la pyme tiene que comprender cómo le afecta en sus ventas internacionales la desmaterialización de los productos, o dicho de otra manera. la progresiva incorporación de los servicios en el valor añadido de la exportación. Y cómo esta desfragmentación de los productos y de las cadenas de fabricación hace que aparezcan auténticas oportunidades comerciales.
La automatización de la fabricación implica que, en materia de empleo, incluso la empresa realmente fabril cuente cada vez con menos obreros y se convierta más bien en gestora de la instalación y, según los casos, de la logística a sus clientes.
Artículo escrito por Fernando Laviña-Richi, consejero Digital de IMEX-Impulso Exterior
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